Estoy en la calle con Tatito, Tato y Beatriz, la prima de ambos oriunda de Portugal, que tiene nueve años (los míos cuatro y ya casi seis respectivamente). Es el primer día que salimos los tres juntos desde que Bea llegó a Argentina de visita. Paro un taxi y nos subimos. Al entrar, Tatito mira la FICHA DEL CONDUCTOR y se sonríe de la foto del señor conductor (era bastante cómica realmente, las fotos carné tienen esos detalles graciosos de los rostros que no somos). Al mismo tiempo intenta leer el apellido del conductor, sin éxito. El apellido era algo así como Tarkickiewicz, o algo parecido. Abandona.
Como el Sr Taxista se percata del intento dice en voz alta “si logran leer mi apellido les regalo un chupetín”. Tato arremete, con mucho éxito, y sin titubear lo lee de corrido. Señor taxista impresionadísimo pero... Sin chupetines, obviamente!
Con lo cual se produce la escena temida por la madre: promesa hecha del señor taxista, mas imposible de cumplir... Señor taxista acude a otra artimaña distractiva y comienza a hacer preguntas matemáticas.
Dice cosas como “dos más dos?” Tatito contesta “CUATRO”. Y así seguimos, y lo cándido de la cosa era q como varias de las sumas eran fáciles, Tato le dejaba responder a su hermanito.
Luego sigue la cosa con multplicaciones, pero era evidente que el señor taxista lo hacía para distraer el tema chupetines, y Tato se acordaba cada minuto del chupetín y lo reclamaba, o sea que los niños en ese momento estaban tratando de responder con rapidez a los desvíos del chupetín y nada más...
En eso el señor dice “ocho por ocho?” y Tatito, triunfal, responde “EL CULO TE ABROCHO!”...
Yo casi me muero de la vergüenza pero de la risa también. Tato también, y Bea, desesperada, trataba de entender toda la jerga porteña, los chistes, etc sin lograrlo, con lo cual, en el medio de tanto embrollo, yo trataba de traducirle lo que sucedía.
Como esta respuesta había dejado al señor taxista entre divertido y sin recursos distractores, Tato se dio cuenta y arremetió con “cuánto es la raíz cuadrada de diez mil?”, pregunta dirigida al... Señor taxista!!!!!! El tipo dice “MIL” y Tato comienza a reír sin parar y le dice “NOOOOOOO, es CIEN!!”. El tipo anonadadísimo y ya sin recursos y por suerte, riendo...
Allí él comenzó con preguntas tipo “y cuánto es la raíz cuadrada de 8 punto cuarenta y ocho?” cosas así... Tato decía a todo esto “ah, no vale!!!!! Danos el chupetín!!” por suerte el viaje era corto, llegamos y nos bajamos a toda máquinaaaaaaaaaaaaaaa.
En fin. ¿¿¿¿¿¿¿Se hace lo que se puede????????????
Diciembre 2006