Ayer, charlando con Tato, le digo que tiene que ponerse las pilas porque ya está grande y puede limpiarse él solo la cola cuando va al baño a defecar. Me dice: “claro, porque cuando tenga ocho años, por ejemplo, y esté en la secundaria, no voy a poder llamar a la señorita a decirle ‘seño, hice caca, me puede limpiar?”
Me tenté tanto que no le podía explicar que a los ocho años no va a estar en la secundaria!
Más tarde me dice (se ve que se quedó pensando en esto de las etapas escolares):
“cuando termine la primaria voy a la secundaria y cuando termine la secundaria…” [piensa y pícaro me dice]: “voy a ir a la terciaria!”
FIN DE HISTORIA DE TATO
Una de Tatito: Mamá, quiero jugar con el pitulín!
Lo estoy cambiando y me dice: “voy a jugar con el pitito, un ratito”. Bueno, le digo, madre muy abierta con respecto a la exploración sexual de sus hijos, se darán cuenta… Se lo toca y revolea y me dice, pícaramente: “estoy haciéndome un molino” Un qué ¿?? Digo… UN MOLINO, mamá! O sea, UN REMOLINO, porque se lo daba vuelta y vuelta y vuelta!!!!!!
Luego me dice: “ahora me doy vuelta y vos tocame el tambor en la cola”. Bueno, cómo no, le digo, para no ser represora, me lo tomo naturalmente y accedo. Pero al darse vuelta me dice, o sea, me va pidiendo:
“tocá la de Manuelita” [y yo tenía que cantar la de Manuelita y tamborillear mientras en sus cachetes]
“ahora tocá la de los TeleTubis”
y así con varios éxitos del Mundo Musical Infantil!!!!!!
FIN DE HISTORIA DE TATITO
